E-coordina

El titular no es amarillista. En 2017, (último ejercicio completo con datos oficiales) murieron 618 personas.

 

Recientemente Víctor Vidal, prestigioso médico del trabajo e inspector de la Seguridad Social lanzaba la información sobre las consecuencias del estrés sobre el ser humano.

 

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El trabajo es el principal factor para el estrés. Cabe preguntarse por que mata el estrés, porque, si no se toman medidas, puede hacer peligrar la especie.

Es sencillo de entender cuando escuchas a Víctor Vidal las demoledoras consecuencias del estrés sobre la salud. El estrés es un factor que induce la alteración de los oncogenes y modifica la cadena inmunológica. También induce los radicales libres de oxígeno y altera la membrana celular, afectando la reparación del daño al ADN. Además los científicos han encontrado una clara relación entre el estrés y la metástasis.

 

Una cuestión de costumbre.

 

Nos hemos acostumbrado a vivir con estrés. Es más, nos jactamos de vivir con estrés como si de un mérito se tratara. Vivir con estrés se ha normalizado. Es habitual y hasta se presume de esta lacra como mérito personal o profesional.

En realidad lo que mata o ayuda a morir es el distrés, el estrés negativo, que es el causante de muchas patologías. Vidal ha investigado durante 25 años el eutrés. Es el estrés positivo y el distrés, que se ha normalizado sin asumir que mata.

 

Siniestralidad laboral.

 

Algo parecido, en cuanto a la percepción social se refiere, sucede con los accidentes de trabajo. Hace algunos años sobre las cifras de muertes en accidentes viales se ofrecían los datos, en crudo,  y éstos simplemente eran asumidos. Ahora, cada poco, escuchamos las cifras de los muertos en el tajo y nada más. Simplemente asumimos los fallecidos en accidentes laborales, como el que asume las guerras que están lejos. Eso, están lejos.

Pero las cifras son reales cada número es una persona que dejó de existir, que dejó a su familia, que no trabajará más.

El índice de incidencia del año 2017 fue de 3.408 accidentes de trabajo con baja en jornada de trabajo por cada 100.000 trabajadores afiliados, lo que evidencia un aumento del 1,3%  respecto a 2016.

 

Trabajando duro

 

Uno no sabe sin interpretar los datos del primer trimestre del 2018 (últimos oficiales) como esperanzadores. El índice de incidencia  de los accidentes de trabajo totales disminuyó (-3,2%), debido al descenso del índice de incidencia de los accidentes de trabajo leves (-3,2%), graves (-1,0%) y el de mortales (-7,9%).

Lo cierto es que en el año 2017 se produjeron 496 accidentes de trabajo mortales en jornada de trabajo, que representan el 0,1% de los accidentes de trabajo con baja. Esta cifra se mantiene invariable respecto a 2016.

 

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…la solución no es dejar de trabajar… 

 

618 personas murieron por el trabajo o por acudir a trabajar. Concluyan así si el titular de esta información es amarillista o es un hecho comprobado. El trabajo mata y la solución no es dejar de trabajar es adoptar las medidas adecuadas y que la cultura preventiva deje de ser una entelequia.

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