La gestión de la prevención de riesgos laborales ha ido evolucionando, y cada vez son más las empresas en las que la alta dirección tiene un alto grado de participación y más en las grandes organizaciones, convencidas de que la integración de la gestión de la seguridad y salud laboral es fundamental dentro de las políticas activas de la empresa.
De esta forma, la tendencia es que dentro del comité de dirección de la empresa esté presente el responsable de prevención de riesgos laborales de la empresa y que en muchos casos tenga dependencia orgánica de la dirección general.
Esto viene a suponer un cambio sustancial y hace que la seguridad y salud laboral se empiece a considerar como un tema fundamental para las organizaciones, un tema que tienen que tener en cuenta toda la estructura jerárquica y funcional de las empresas para la toma de decisiones. La seguridad y salud laboral se vertebra como un eje central para potenciar la eficiencia de la producción y el bienestar de los trabajadores.
Existen varias razones por las que la seguridad y salud laboral se empieza a tratar de forma especial en las reuniones de dirección de la empresa:
- la primera, e importante, es que salvaguarda los resultados de la cuenta de explotación, pues la implantación de un plan de prevención en la empresa de acuerdo con los requisitos de la norma evitan accidentes y enfermedades profesionales y consecuentemente todos los costes derivados de ellos, sanciones administrativas aparejadas y responsabilidades en todos los ámbitos.
- La no prevención también afecta a la marca y al prestigio de la empresa, lo que lleva inevitablemente a la relación con el mercado, con sus clientes y con sus trabajadores y con la sociedad en general.
- La gestión adecuada de la seguridad y salud laboral tiene como finalidad el bienestar de las personas que trabajan en la organización, crea un clima de satisfacción de los trabajadores y favorece la retención del talento.
- No se puede permitir que trabajadores formados, eficaces y capaces, que aportan valor a la organización, estén mirando a las empresas del entorno, pensando en un cambio que evite situaciones de riesgo que pongan en peligro su integridad física o su salud.
- Si dentro de las organizaciones se está fomentado, por parte de la alta dirección, integrar la prevención, se establece una política de prevención y se ponen los medios necesarios para que esta sea efectiva, no se entiende que esto se lleve adelante exclusivamente con los trabajadores de la propia organización.
- El concepto de bienestar para los trabajadores debe trascender de la propia empresa y hacerse extensible a los trabajadores de la contratas y subcontratas que trabajan en su centro de trabajo.
Realmente todo el sistema se vendría abajo si por parte de la empresa no se ponen todos los medios para evitar riesgos a sus trabajadores y no se controla la actividad de las empresas que se contratan o subcontratan. El nivel de exigencia debe de ser el mismo para la propia organización que para las contratas y subcontratas que realicen sus trabajos en su centro de trabajo.
Permitir que las contratas no cumplan con los mismos estándares de exigencia en materia de seguridad y salud laboral que la propia organización, aumentará el riesgo en la ejecución de trabajos, creará situaciones de insatisfacción laboral, influirá negativamente en la retención del talento y podría tener consecuencias negativas en la cuenta de resultados. Es preciso, por tanto, con carácter previo a la contratación de contratas y subcontratas, comprobar que cumplen con todos los requisitos necesarios para que puedan desarrollar sus trabajos en condiciones de seguridad y salud laboral, e integrar la ejecución de sus tareas dentro de los procedimientos preventivos de la empresa, dejando constancia documental de ello.
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