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Percepción y detección del riesgo
La percepción y detección del riesgo es uno de los principales factores que influyen en el desarrollo de la cultura preventiva.
Entendamos como Cultura Preventiva el conjunto de valores, pautas, y normas que, interiorizados por los grupos, marcan la conducta en materia de prevención. Entendemos como prevención la reducción e incluso la supresión de los riesgos. Por tanto, la percepción o detección de estos es determinante a la hora de crear cultura preventiva.
Son necesarias conductas, normas, técnicas e incluso herramientas, que faciliten y sistematicen la tarea de las personas encargadas de la prevención. También las tareas del resto de actores bajo la influencia del riesgo.
La cultura preventiva contribuye a que los miembros de un grupo no actúen en contra de la legislación creada en positivo. De ahí la importancia también del clima social y la percepción de riesgo, de su detección.
La forma en la que percibimos los riesgos y por tanto somos capaces de detectarlos está muy relacionada con la edad de las personas: “Los patrones de conducta que definen una cultura, se transmiten de unos miembros a otros. En esto consiste, no sólo la educación, sino la reafirmación de una cultura preventiva que implica el conjunto de procedimientos y procesos sociales que permite a todo individuo, sea niño o niña, adolescente, hombre o mujer, acceder a la cultura, hecho que lo distingue como seres humanos educados en sociedad.” Tamara Caballero Rodríguez- La cultura preventiva: premisa de una educación de la conducta en sociedad).
Factores Intrínsecos
Los factores intrínsecos en la forma de percibir el riesgo actúan como condicionantes propios, internos. Por tanto, se pueden vincular a la construcción de cultura preventiva.
Ana Cecilia Reyes, de la Universidad del Zulia Venezuela, en su Modelo teórico sobre la percepción social del riesgo y su relación con la cultura preventiva se refiere a estudios que determinan que factores como las condiciones o dimensiones históricas, socioculturales, ambientales, socioeconómicas, políticas e institucionales, son factores extrínsecos que también influyen y permean los procesos. La unión de los factores intrínsecos y extrínsecos determina la existencia o no de la cultura preventiva.
Acción Reacción
En lo que todos los actores de la prevención empiezan a ponerse de acuerdo — profesionales de la PRL, promotores y detractores de soluciones tecnológicas relacionadas con la CAE, responsables de empresa—, es en que venimos de una cultura preventiva reactiva y los pasos que debemos dar son los de consolidar una cultura preventiva pro activa más allá de las exigencias legales y con la implementación de sistemas preventivos eficaces que calen, se sistematicen y se interioricen.
Las tareas preventivas son más eficaces en tanto en cuanto son más integradas en una “política global de excelencia”. Si la puesta en marcha de acciones preventivas o de promoción de la seguridad son tratadas como inversión —son innumerables los estudios que cuantifican el Retorno de la Inversión en PRL— y no como un coste, se generará el valor necesario.
“Son innumerables los estudios que cuantifican el retorno de la inversión en PRL”
En este sentido, en el de la integración de las acciones preventivas, en las estructuras de empresas y organizaciones, y debido a la evolución en la percepción del riesgo, el cambio generacional, los cambios medioambientales, las políticas de igualdad, serán factores que van a determinar la evolución de la cultura preventiva en el seno de empresas y organizaciones.