“Eustrés, ese estrés que sabe rico. El que nos mueve a hacer cosas maravillosas”
Cuando me piden que hable sobre ansiedad en el artículo de hoy, siento eustrés -ese estrés que sabe rico- el que nos mueve a hacer cosas maravillosas. Esos nervios de las primeras veces que quedas con tu pareja; esa sensación de no poder dormir la noche de los Reyes Magos llenos de pura magia. Pero, por otro lado, cuando me lo piden, no puedo evitar acordarme de los compañeros, amigos, incluso de mi misma hace años. No me olvido de la sensación desagradable del distrés y de la ansiedad.
Podría explicarlo con palabras técnicas, pero hoy prefiero compartir vivencias, experiencias, quitar ya los tabús al hablar de ansiedad y desmentir que los que padecimos, padecéis y padecen, ansiedad son los flojos. Son los vagos, los que no aguantan nada, los cuentistas y otros mitos que corren por bares y los lugares de trabajo.
No es fácil admitir en una sociedad como la nuestra -sin demasiada visión holística de la salud- que esta será una de las primeras causas de baja según los propios datos de la OMS. Que mente y cuerpo son como una falda y su forro. Arrugas uno arrugas al otro.
Mens sana…
Nuestra mente y nuestro cuerpo saben que si lo admitimos comenzarán las habladurías, los comentarios malintencionados de algunos y otros que aprovecharán nuestra vulnerabilidad. Por eso, la sabia inteligencia del conjunto cuerpo-mente -y alma para los que creemos en ella- se pone en acción, comenzamos a somatizar. Dolores de cabeza sin causa física; dolores musculares atribuidos a una mala postura y no a la tensión sufrida; sensación de náuseas, de tener el estómago revuelto; opresión en el pecho (un ataque de ansiedad puede ser fácilmente confundido en el minuto uno con un infarto). Y un suma y sigue con tal de no admitir que tenemos ansiedad. Es mucho más fácil decir que tienes jaquecas recurrentes o mal estomago porque comes rápido a reconocer delante del mundo que tienes ansiedad.
Preferimos utilizar que estamos estresados porque está bien visto. Si. Estar estresado parece ser que es sinónimo de éxito, de ejecutiva agresiva. Bajo mi punto de vista están ya pasadísimas de moda. Pero como que, nos siguen gustando. En cambio los de la ansiedad no. Esos no. Esos son vagos y flojos. Haced un ejercicio de honestidad con vosotros mismos y decidme si en el fondo existe o no esta asociación de ideas.
Control a través del miedo
Estos mecanismos son muy utilizados en algunas empresas, cada vez afortunadamente en menos. Llevemos al trabajar al límite, sometámoslo a factores que sabemos que no va a soportar. Volumen de trabajo imposible de realizar, objetivos inalcanzables. Control a través del miedo con un único fin: que se marche de la empresa.
Esto, siendo una observación personal, sin base científica, al menos todavía, creo que se suele llevar al límite al que puede suponer una competencia directa en la línea de mando o una amenaza porque brilla demasiado.
Pero, lo realmente abusivo y triste no es cuando la empresa -ente frío- utiliza la ansiedad para que el trabajador se acabe marchando. Lo triste es que quienes formamos las empresas sigamos fomentando este bucle sin sentido. Que no lo cuestionemos.
¿De verdad creéis que es vago alguien que va a cerrar 100 informes en 13 días? ¿Creéis que vivir estresado es vivir una vida de éxito? ¿De verdad, aun sabiendo que a muchos os tocará vivir con ansiedad, queréis seguir participando en el circo?
Pedid Ayuda
Siempre que os veáis en una situación así pedid ayuda especializada. No dejéis que vaya a más e informad también a vuestro Técnico en PRL si el origen es laboral. La ansiedad es un síntoma del estrés que también puede ser desencadenante de otros como la depresión.
Y fin del capítulo I.
Dedicado a tod@s aquell@s que en algún momento abandonasteis vuestro puesto de trabajo ganado a pulso por recomendación médica (o vuestra salud o vuestro trabajo, os dijeron) Yo os quiero decir que ojalá nunca más tengáis que volver a decidir. Que suena a tópico, pero que la salud y el amor hacia un@ mism@ están por encima de todo lo demás, pero sobre todo me gustaría volver a leer dentro de 13 años este artículo sabiendo que se han tomado medidas tangibles al respecto en las empresas y decir en voz alta: ¡Lo estamos consiguiendo! ¡Las bajas por ansiedad han bajado y los ambientes laborales tóxicos están desapareciendo!
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